viernes, 13 de noviembre de 2015

Asturias...te amo. (Una historia de amor)

Escribo en directo para poder transmitiros la sensación que tengo tal cual es, real, pura y única. 
Amo este lugar, cada rincón, cada momento, cada curva a derechas o a izquierdas, cada pasito para descubrir un nuevo sitio...
Asturias; para mi eres !ÚNICA!.
Pasearte, conducirte, mirarte, olerte, sentirte, admirarte... todo lo que me transmites me emociona, literalmente.

Desde la silla de mi oficina, pensar en ir a verte me hace estar aquí en ese mismo momento y tengo que "sacudir" mi cabeza para volver a la realidad. Pocos lugares me hacen sentir así.
Amo mi ciudad, Madrid. Tampoco puedo dejar de pensarte cuando salgo fuera.

Los que me conocéis bien sabéis lo que amo Madrid pero, tú, mi Asturias del alma, me llevas a un mundo mágico, onírico...

Mi lugar para desconectar es y será siempre Covadonga. Allí, en el acogedor hotel me encuentro a mi misma, me siento protegida y consigo lo que quiero, paz y sólo paz.

Despierto por la mañana y abro la ventana para que entre el aire y respiro profundamente y admiro el majestuoso paisaje de los Picos de Europa.


Con la calma, bajamos a desayunar, feliz y con unas ganas locas de pasearte una vez más. Lo nuestro fue amor a primera vista hace ya varios años y, desde entonces, no paro de pensar en ti...






Quiero ir a darte un beso y saludarte "pequeñina" mi Virgen guapa. Sentarme ahí a tu lado y mirarte y mirar hacia atrás y admirar ese paisaje grandioso que no me satura y sí me desborda de todos los sentimientos buenos que puedan existir. ¿Cómo puede haber gente que ponga en duda que Dios existe?. Allí sabes y sientes que sí, que algo tan bonito sólo puede venir de su mano.





La ruta de este viaje es: Tazones, Pravia y Luarca. Esto en un día y al siguiente, Llanes y la Playa de Las Cuevas y la famosa Playa de Gulpiyuri.

Tazones me lo recomendó una compañera de trabajo. "María, tienes que ir es precioso". 
Muchas veces ocurre que te venden así las cosas y cuando llegas te puede decepcionar y no cumplir con las expectativas que pensabas, pero en este caso las expectativas, como no podía ser de otra manera, fueron superadas, tanto que nos quedamos a comer, tanto que no quería irme...





De camino a Pravia, una ciudad tranquila y muy acogedora, llegamos a Luarca. Me hablaron de ti, te vi en fotos pero nada como conocernos en persona. Eres más bonito lugar de lo que podría haberme imaginado jamás.



La próxima vez me quedo a dormir contigo...

La vuelta a Covadonga siempre es reconfortante, cenar en Cangas de Onís y dar un paseo por sus calles y, como no, parada obligada en el puente.


Esta vez el Sol salió para admirarte mejor, aunque al llegar el viernes por la noche la niebla nos hizo pensar que no se cumpliría el pronóstico de buen tiempo, pero sí, tuvimos esa suerte. Aunque hubiese llovido, como suele ocurrir allí, quiero que me me despeines que me mojes con tu "orbayu" y hagas que me muera por entrar en algún lugar donde pongan unas buenas fabes y un rico cabrales acompañado todo con una buena sidra, o si no unos tortos con picadillo y huevos fritos. Verdaderamente eres lo mejor que me ha pasado y me quito mis gafas de Sol para observarte mejor porque el cristal distorsiona tus colores y no me quiero perder nada...


Gracias por ser tan bonita. No cambies nunca.
Nos vemos pronto.




No hay viaje ni historia de amor que no tenga una banda sonora. 
En este caso nos acompañó:

Alondra Bentley y su disco "Resolutions" y
 #bedifferent

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